¿Qué quiere Dios que yo sea?
Por Gisela Gamboa (psicóloga y congregante de RDA)
Esa pregunta nos invita a salir del enfoque en lo que nosotros queremos para poner en primer lugar a Dios. Nos lleva a detenernos y preguntarnos: “Señor, ¿qué esperas de mí?”
Quizás muchos se pregunten: “¿Cómo pongo a Dios en primer lugar? ¿Por dónde empiezo?” La clave más importante es esta: *Dios quiere tener una relación personal con vos. Una relación que nace al conocerlo y, en ese conocimiento, aprender a amarlo. Jesús lo resumió en el mandamiento más importante: *“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente… y ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).
Dios también quiere que su carácter se refleje en nosotros. Él nos invita a dejarnos moldear para hacer las buenas obras que preparó de antemano para nuestra vida (Efesios 2:10). Nos llama a ser santos (1 Pedro 1:16), lo cual no significa vivir lejos de la gente, sino permanecer en una unión íntima con Él por amor y gracia, permitiendo que nos transforme en lo cotidiano (2 Pedro 3:18).
Este proceso nos lleva a una verdadera transformación, a un “nuevo yo” que refleja la gracia de Dios en cada área de nuestra vida. Que todo lo que hagamos sea para su gloria y que podamos ser luz en el mundo, demostrando que Dios puede sanar, restaurar y cambiar corazones.
Poner a Dios en el centro también trae un impacto profundo en nuestro bienestar emocional. Vivir en relación con Él nos da un propósito que va más allá de las circunstancias, nos ayuda a manejar la ansiedad, a encontrar paz en medio de la incertidumbre y a sanar heridas que creíamos imposibles de superar. La fe fortalece el espíritu, pero también da estabilidad a la mente y al corazón, porque nos recuerda que no estamos solos y que nuestra vida tiene un sentido eterno.
Dios solo pide esto: que tengas una relación con Él y lo sigas. El resto, lo hace Él en vos.
NOTA: También escucha a la profesional en sus intervenciones en vivo durante las emisiones de «Elijo Creer».